Aquí podréis explorar virtualmente a través de diversas expediciones a ecosistemas de agua dulce de diferentes localidades españolas así como de otros rincones del planeta. Los protagonistas serán los moluscos y crustáceos, así como también otros invertebrados como platelmintos, cnidarios, poríferos, insectos, etc. En general cualquier invertebrado de agua dulce podrá convertirse en nuestro foco de atención.

Además haremos entrevistas a expertos en el mundo de los invertebrados y de la acuariofilia e intentaremos hablar de noticias y temas de interés general. No olvidéis consultar el Cuaderno de Viaje para acceder al listado completo de artículos del blog.

Espero que disfrutéis de las imágenes y de la variedad de especies que tenemos en nuestras aguas continentales. También deseo que los temas y expediciones os resulten interesantes y que no dudéis en dejar vuestra opinión en las entradas y cualquier tipo de sugerencia. Un saludo cordial desde Alicante. Nos vemos en el agua.



16/9/09

Acuario para insectos acuáticos: Reproducción (I)

Los machos del escorpión acuático Abedus sp. portan alrededor de 150 huevos sobre su espalda hasta el momento de la eclosión. Es un ejemplo del complejo comportamiento reproductivo de algunos insectos. Fuente: National Geographic

Este puede ser quizá el aspecto más difícil que vamos a ver en el tema de los insectos, tanto de abarcar como de comprender y llegar a conseguir reproducir en un entorno controlado, es decir, en un acuario o acuaterrario. Para ello, como siempre, debemos tener unos conceptos teóricos previos que nos permitan comprender cómo se desarrollan los insectos acuáticos y hasta qué nivel de requerimientos podemos alcanzar en unas instalaciones cerradas. Estos conocimientos serán muy superficiales, al menos lo que veamos en esta entrada, ya que la enorme diversidad de este grupo hace que sea inabarcable el concentrar toda su biología reproductiva en una simple entrada de blog, cuando existen libros y libros dedicados por completo a este punto.

Aun así, vamos a intentar dar unas suaves pinceladas por encima de este apasionante mundo. Para ello podemos empezar con una breve serie de términos relacionados con la anatomía reproductiva de los insectos:
Gónadas: órganos donde se desarrollan las células reproductoras (testículos y ovarios).
Gonoductos: estructuras por donde viajan o donde se alojan las células sexuales (oviducto y espermiducto).
Gonoporo: orificio donde desembocan los gonoductos.
Vesículas o glándulas reproductivas: órganos secundarios o accesorios para la reproducción.
Otras estructuras: aparato copulador (para la cópula), ovopositor (para la puesta de huevos), etc.

Hembra de libélula perforando una hoja con su ovopositor, situado en el abdomen, para depositar los huevos en su interior. Fuente: Internet

Los órganos accesorios son muy importantes para los insectos, ya que algunos añaden a la puesta sustancias químicas que les dan flotabilidad (los mosquitos, por ejemplo) o que favorecen el intercambio de oxígeno, sustancias protectoras, adhesivas, etc. En los machos, algunas de estas glándulas segregan sustancias que aturden o paralizan a las hembras durante la cópula o que inducen algún comportamiento en sus parejas (inhiben el instinto predador o de huida, etc.).

La flotabilidad de los huevos de mosquito se debe, entre otros factores, al recubrimiento que segregan las glándulas accesorias de las hembras. Fuente: Internet

Dentro de los insectos, la inmensa mayoría son ovíparos (los embriones se desarrollan a partir de un huevo), aunque los hay ovovivíparos (se desarrollan dentro de huevos pero en el interior de la madre) y verdaderos vivíparos (que se desarrollan directamente dentro de la madre).

También, dentro de la reproducción sexual, se puede diferenciar entre anfigónica (en la cual participan los dos sexos) y partenogénica (donde un individuo solo, la hembra, puede generar descendencia). En este último caso hablamos de reproducción anfítoca si la descendencia incluye machos y hembras indistintamente, arrenótoca cuando sólo hay como descendencia machos, y telítoca cuando sólo nacen hembras. La partenogénesis frecuentemente suele ser un mecanismo de control reproductivo muy complejo sujeto a las condiciones ambientales.

Dentro de los insectos acuáticos, la gran mayoría son de reproduccon sexual anfigónica, es decir, necesitan aparearse machos con hembras para engendrar descendencia. Pareja de Lancetes claussi. Fuente: Internet

La fecundación (el momento en el que se produce la transferencia de células sexuales y su posterior unión) puede ser externa o interna. La fecundación interna es un mecanismo más "moderno" evolutivamente hablando, adaptado al medio aéreo en el que el esperma no puede desplazarse con movimientos natatorios. Normalmente los artrópodos acuáticos suelen preferir la fecundación externa ya que en el medio acuoso es mucho más sencillo que se produzca de este modo sin estructuras accesorias (en el aire esto sería imposible). Sin embargo muchos de los insectos acuáticos, los cuales han evolucionado de insectos terrestres y han vuelto al algua tras millones de años en tierra (no lo olvidemos), siguen con sus costumbres reproductivas ligadas al medio terrestre. De hecho, muchos de los insectos subacuáticos siguen subiendo a la superficie para aparearse.

Los zapateros necesitan aparearse fuera del agua pero viven sobre ella continuamente. Fuente: Internet

Los remeros como Notonecta glauca pueden aparearse en la superficie o bajo el agua. Fuente: Internet

La transferencia de esperma del macho a la hembra puede ser directa o indirecta. Es directa en el caso de que ambos ejemplares coincidan en el mismo lugar en el mismo tiempo y se produzca una cópula verdadera (una inseminación directa). Es indirecta si el traspaso del esperma es por medio de un espermatóforo, una bolsa más o menos compleja que aloja el esperma en su interior. El macho puede colocar este espermatóforo en algún lugar estratégico para que cuando pase una hembra lo recoja (es decir, sin presencia de la hembra), puede presentárselo a la hembra, colaborar con ella en el acoplamiento del espermatóforo o incluso introducir el espermatóforo en el cuerpo de la hembra. En cualquier caso no se trataría de una cópula verdadera o directa, donde intervendrían órganos sexuales. En general, cuanto más compleja y directa es la transferencia del esperma, más evolucionada es la especie en cuestión. Las especies con transferencia directa a través de la cópula son aquellas más evolucionadas, las cuales se aseguran con esta práctica de que la reproducción concluye exitosamente.

Las efímeras se aparean en el aire nada más completar su desarrollo. Una vez que realizan la cópula y la puesta en el agua mueren todos los ejemplares adultos. Fuente: Internet

Los machos de insectos que realizan cópulas poseen uno o varios penes que pueden estar articulados o adornados con estructuras accesorias según el caso (garfios, púas, ganchos...). Muchas veces este rasgo anatómico sirve para identificar especies muy similares.

Pareja de libélulas copulando. El macho transfiere a la hembra un espermatóforo desde su abdomen. Fuente: Internet

Una vez que las hembras recogen el esperma pueden fecundar directamente los óvulos o almacenar el esperma en espermatecas que emplearán posteriormente. A veces tras una fecundación, las hembras pueden almacenar esperma para varias ocasiones, muy separadas en el tiempo en algunos casos (por ejemlo, muchas hormigas reina son fecundadas una única vez en su vida, tras lo cual pasan años engendrando a su prole).

Algunos tricópteros depositan masas gelatinosas de huevos en hojas situadas sobre el agua. Fuente: Internet

Las puestas de huevos pueden ser flotantes sobre el agua, pegajosas (sobre animales, plantas, rocas...), en ootecas (estructuras de protección), en cadáveres en descomposición, en el interior de otros animales vivos o de sus huevos (parásitos y parasitoides), dentro de tejidos de plantas, enterradas en el sustrato, etc. Las hembras de algunos insectos poseen un órgano especial llamado ovopositor, dedicado a la puesta de los huevos en algún tipo de medio específico.

Una vez que las hembras de mosquito son fecundadas y se han alimentado debidamente, realizan la puesta de huevos sobre el agua. Fuente: Internet

Existen insectos que realizan la puesta de forma aislada y discreta. Otros en cambio se congregan en enjambres de miles o millones de ejemplares para realizar este ritual. Normalmente los insectos de ciclos anuales o cortos llevan a cabo esta práctica mientras que los insectos de vida larga son más discretos.

Las efímeras se congregan en grupos de millones de individuos sobre lagos y ríos para reproducirse. Fuente: Internet

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15/9/09

Acuario para insectos acuáticos: Alimentación

Seguimos con esta serie de entradas relacionadas con los insectos de agua dulce. Hemos repasado ya sus sistemas respiratorio y locomotor, asentando las bases sobre un conocimiento más detallado de los diversos grupos que encontramos en las aguas continentales. Ahora nos centraremos en otros aspectos importantes de su biología.

A veces incluso los vertebrados se convierten en alimento de los insectos, como es el caso de este joven tritón capturado por una ninfa de libélula. Fuente: Internet

Los insectos acuáticos presentan diversos patrones de alimentación, extremadamente variados. Conocerlos o ignorarlos supone la diferencia entre poder mantener un acuario con ellos o llegar a que todos mueran de hambre ante nuestros intentos.

Al igual que en un ecosistema terrestre, podemos hacer la analogía de consumidores primarios (herbívoros), depredadores (carnívoros) y descomponedores (detritívoros). Los insectos cubren ampliamente estos tres grupos, incluso otros más específicos, que no veremos en este caso por su tremenda complejidad, que son los parasitoides y parásitos. Sin duda es un tema apasionante en el que os recomiendo que profundicéis si os interesa.

Ilyocoris cimicoides es un chinche que ha adaptado sus patas delanteras especialmente para la caza. Fuente: Internet

Intentar generalizar en el tema de la alimentación es cuanto menos una pérdida de tiempo. Dentro de un mismo orden o grupo de insectos, dentro de una misma familia, incluso dentro del mismo género, las diferentes especies pueden desarrollar hábitos alimenticios muy dispares. Pondremos pues algunos ejemplos concretos para hacernos una idea de esta diversidad. Cuando queramos conocer los hábitos alimenticios de una especie en concreto deberemos acudir a la bibliografía existente sobre el tema.

Existen muchas larvas de insectos que son herbívoras, consumiendo partes tiernas de plantas sumergidas o palustres. También las hay que se conforman con la ingestión de algas microscópicas o que mordisquean las algas filamentosas adheridas a rocas o troncos. En general (aunque como hemos dicho esto es mucho decir) la mayoría de dípteros (moscas, mosquitos y similares) se ajustan a este patrón alimenticio. También existen larvas que se alimentan de restos de materia vegetal en descomposición, sobre todo aquellas que viven en ambientes estancados.

Larvas como las de algunos mosquitos sobreviven a base de algas microscópicas de charcas y embalses. Fuente: Internet

Las libélulas en su estadío de ninfa se alimentan cazando pequeños invertebrados, renacuajos e incluso peces de pequeño tamaño. Para ello proyectan a gran velocidad su mandíbula inferior, la cual está articulada y acaba en unas fuertes espículas, llamado este aparato bucal máscara. Los adultos cazan moscas y otros insectos voladores cerca de masas de agua dulce. Este orden es muy numeroso y comprende más de 5000 especies.

Pez espinosillo devorado por una ninfa de libélula. Fuente: Internet

Los plecópteros, vulgarmente conocidos como moscas de las piedras, también tienen estadíos ninfales acuáticos. Estas ninfas atrapan pequeños invertebrados acuáticos en los lechos pedregosos de ríos y riachuelos de aguas claras y frías. Una vez que alcanzan su fase adulta, la mayoría de especies deja de alimentarse. Hay más de 300 especies dentro de este orden.

Las ninfas de plecóptero suelen tener una dieta variada. Fuente: Internet

Dentro de los chinches, están los de superficie y los de vida sumergida. Los de superficie, como su nombre indica, cazan a sus presas sobre la línea del agua. Tienen un potente pico con el que perforan literalmente a los incautos insectos que caen al agua. Algunos de ellos son de movimientos rápidos (Gerris lacustris, Mesovelia furcata, Aquarius najas, etc.) mientras que otros son bastante lentos y confían en que los insectos de los que se alimentan queden atrapados bajo la tensión superficial del agua sin posibilidad de escaparse (Hydrometra stagnorum, entre otros).

Zapatero sondeando la superficie en busca de presas. Fuente: Internet

Los chinches sumergidos (Nepa cinerea, Ranatra linearis, Notonecta glauca, Plea atomaria, Sigara striata, Cymatia coleoptrata, etc.) son eminentemente carnívoros, salvo algunas excepciones, como Corixa punctata que se alimenta de restos vegetales semidescompuestos. Las fases juveniles de estos insectos son muy similares ya a los adultos, compartiendo los mismos patrones de alimentación. La técnica de caza de estos insectos es elaborada y metódica. Primero acechan a sus presas desde la superficie, el fondo o entre la vegetación. Después se abalanzan sobre ellas y las capturan con su primer par de patas, muy potentes y a veces afiladas. Posteriormente las atraviesan con su pico para succionar sus fluidos.

Un escorpión acuático atrapando una ninfa de libélula. Fuente: Internet

Los tricópteros, también conocidos como frigáneas, comprenden más de 6000 especies en las cuales los adultos dejan de alimentarse. Las larvas por lo general son omnívoras, aunque algunas especies se decantan por alimentación carnívora o herbívora. Unas especies se refugian en su carcaj o estuche, elaborado con piedrecitas o fragmentos vegetales tejidos con seda. Otras no utilizan este método de camuflaje. Una técnica muy utilizada por este grupo es tejer redes o finos hilos de seda en las corrientes de agua para atrapar pequeños animales o materia vegetal que circula en el cauce.

Redes de frigáneas sobre las rocas de un río. Fuente: Internet

El grupo de los escarabajos acuáticos, coleópteros, comprende varias familias, de las cuales las principales son los ditíscidos y los hidrofílidos. Los primeros son exclusivamente carnívoros y hábiles cazadores, alguno de los de mayor tamaño, como Dytiscus marginalis, puede llegar a atrapar ranas o peces. Los segundos son torpes nadadores cuya dieta es omnívora y muchas veces oportunista. El mayor de ellos, Hydrophilus piceus, se alimenta de materia en descomposición y caracoles acuáticos. Tanto larvas como adultos comparten los mismos patrones de alimentación.

Larva de ditisco atrapando un renacuajo. Fuente: Internet

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12/9/09

Acuario para insectos acuáticos: Locomoción y Localización

En esta entrada vamos a ver la distribución de los insectos acuáticos a lo largo de la columna de agua y sus medios de locomoción a través de ella.

Hydrometra stagnorum es un chinche supra-acuático que camina sobre el agua con total elegancia. Fuente: Internet

Hay algunos insectos que permanecen en continua suspensión en las zonas altas del agua, bien nadando activamente o simplemente dejándose arrastrar o flotando pasivamente en la corriente o en aguas tranquilas. Aquellos que flotan contienen sacos aéreos en su interior (conductos engrosados del sistema traqueal) o bien depósitos de aire entre sus élitros, alas, patas o adheridos al abdomen, etc. Este es un buen sistema para tres fines. El primero es la dispersión. Un cuerpo que flota o va a la deriva en una corriente se puede dispersar a grandes distancias con el menor esfuerzo. Este sistema lo utilizan muchos insectos en sus fases larvarias para colonizar nuevos habitats. El segundo fin es para favorecer la respiración. Algunos insectos, como ya vimos, obtienen el aire directamente de la superficie del agua. El flotar les ayuda a mantenerse en el lugar indicado para "repostar", de lo contrario deberían gastar energía en subir a la superficie. El tercer fin es la depredación. Muchos insectos depredadores se mantienen flotando en la superficie en busca de presas que caen al agua. Desde esa posición es sencillo controlar la tensión de la superficie del agua así como las capas inferiores donde se puedan mover sus presas.

Notonecta glauca, un chinche depredador, se mantiene justo por debajo de la línea de superficie gracias a la retención de burbujas de aire. Fuente: Internet

Gran parte de los insectos acuáticos utilizan potentes sistemas de natación activa, gastando energía para desplazarse. Estos insectos, normalmente predadores, pueden localizarse casi en cualquier posición de la columna de agua, ya sea en superficie, en el lecho rocoso o fangoso o bien camuflados entre las plantas. Para optimizar el mecanismo de natación modifican sus patas a modo de remos o aletas, aplanando y expandiendo el exoesqueleto en las extremidades, desarrollando una serie de cilios, cerdas, barbas o sedas que utilizan para incrementar la superficie del miembro remero. Este es el caso de la mayoría de hemípteros subacuáticos como las notonectas, así como de gran parte de coleópteros como los ditiscos.

Dytiscus marginatus, un gran depredador con un potente sistema natatorio. Fuente: Internet

Otros grupos prefieren desplazarse por el fondo, pegados al sustrato. Algunos, como las larvas de libélula (odonatos) han conservado parcialmente su capacidad natatoria, siendo capaces de impulsarse por el agua si la situación lo requiere. Otros han perdido esta habilidad y confían en diversos sistemas de camuflaje para pasar desapercibidos.

Las larvas de los caballitos del diablo (odonatos zigópteros) pueden nadar o caminar bajo el agua indistintamente. Fuente: Internet

Hemípteros como los zapateros y coleópteros como los girínidos, permanecen por encima de la superficie del agua, desplazándose aprovechando la tensión superficial y apoyándose con sus patas (los zapateros) o impulsándose por propulsión a modo de lancha neumática (los girínidos). Han desarrollado además setas hidrófobas (pelos que repelen el agua) en sus patas o en el abdomen, para incrementar su flotabilidad. Son sin duda dos mecanismos muy ingeniosos, adaptados a las necesidades de estos predadores que encuentran a sus presas indefensas en la superficie del agua. A estos insectos se les denomina patinadores.

Dineutes sublineatus (girínido) propulsándose sobre el agua. Fuente: Internet

Algunas larvas de pequeño tamaño y cuerpo muy blando, sin un sistema locomotor bien desarrollado, prefieren esconderse bajo rocas sumergidas o en el lecho arenoso o cenagoso de las masas de agua hasta que completan su desarrollo. De este modo evitan dos cosas: ser depredadas y que las arrastre la corriente. Las larvas de tricópteros, por ejemplo, forman un carcaj, una especie de funda elaborada con seda y fragmentos de materia vegetal, minúsculas piedras y detritos del fondo, a modo de camuflaje y armadura contra los depredadores.

Dos larvas de tricóptero enfundadas en su carcaj (arriba elaborado con conchas y abajo con granos de arena). Fuente: Internet

También hay insectos que se anclan al sustrato, filtrando el agua circulante para obtener alimento. Tal es el caso de las larvas de las moscas Simulium sp., que poseen un apéndice adhesivo con el que se fijan a rocas o troncos de los lechos de los ríos.

Larvas de Simulium sp. ancladas a un tronco. Fuente: Internet

No podríamos acabar esta entrada sin recordar que casi siempre hemos estado hablando de larvas de insectos que se dearrollan en el agua, por tanto aún no han alcanzado su estadío final de desarrollo. Otros por contra sí que viven en sus fases adultas dentro del agua. Y recordamos esto por un motivo simple que se nos puede pasar por alto: los insectos tienen alas, a diferencia de crustáceos y arácnidos. Esto quiere decir que la gran mayoría de insectos en sus fases adultas conservan plenamente la capacidad de volar y desplazarse por el medio aéreo. Por ejemplo, en los mosquitos, cuando finalizan su desarrollo, aparece un par de alas. En los ditiscos adultos, que viven permanentemente bajo el agua, bajo los élitros encontramos unas potentes alas capaces de desplazarlos a kilómetros de distancia. Este factor también hay que tenerlo en cuenta a la hora de mantener insectos en cautividad

Alas desplegadas de Nepa sp. Fuente: Internet

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9/9/09

Acuario para insectos acuáticos: Respiración

Vamos a hacer una serie de entradas dedicadas al mantenimiento de insectos acuáticos en cautividad. Dado que es un tema complejo y para muchos desconocido, haremos una breve introducción sobre algunos grupos de insectos que se desarrollan total o parcialmente en agua dulce. En entradas posteriores veremos la mejor manera de diseñar un acuario específico para ellos y finalmente un caso práctico que pondremos en funcionamiento.

Larva de efímera (Orden Ephemeroptera). Fuente: Internet

Hay numerosos grupos de insectos que habitan las aguas dulces de todo el planeta. En las áreas tropicales son especialmente abundantes y diversos. Sin embargo en aguas continentales de la Europa templada así como en Norte y Sudamérica, encontramos también una buena representación de estos animales.

Ranatra linearis (Orden Hemiptera). Fuente: Internet

Antes de intentar mantener insectos en cautividad debemos saber algo más sobre ellos. Para empezar, podríamos introducirnos muy someramente en su modo de respiración. Los artrópodos acuáticos han desarrollado varios mecanismos para poder realizar el intercambio gaseoso en medio líquido. Los xifosuros limúlidos (conocidos vulgarmente cangrejos de herradura o cacerolas de mar) son quelicerados muy primitivos, cuyo sistema de respiración reside en unas branquias laminares en el opistosoma (parte inferior-posterior del cuerpo). Otros grupos como los cirrípedor (percebes), cladóceros (pulgas de agua), ostrácodos o branquiópodos (artemias) utilizan también un sistema branquial primitivo. Los decápodos (cangrejos, gambas y familiares) han hecho evolucionar este sistema hasta un circuito encerrado en el exoesqueleto, un verdadero pulmón primigenio en el cual las branquias están muy modificadas o incluso llegan a desaparecer (como es el caso de los cangrejos terrestres). Los arácnidos superiores y los insectos han desarrollado todavía más este mecanismo hasta llegar a un sistema de filotráqueas (o pulmón en libro) o tráqueas verdaderas.

Esquema del sistema traqueal en un insecto terrestre. Fuente: Internet

Sin embargo muchos insectos han permanecido inmersos en el medio acuático desde sus orígenes. Otros grupos salieron del agua para volver a ella millones de años después, adaptándose de nuevo a este medio. Recordemos en este punto que los artrópodos se originaron en el medio acuático, no en el terrestre, y que una buena parte de las especies de este grupo aún residen en aguas dulces y saladas de todo el planeta. Se calcula que existen más de 30000 especies de insectos acuáticos, muchos más aún de vida semiacuática, es decir, que en algún momento de su ciclo vital pasan por el medio acuático.

Fósil de Trilobites, el grupo de artrópodos acuáticos más extendido del Paleozoico, extintos hace 250 millones de años. Fuente: Internet

También hay dos conceptos que podemos definir: léntico y lótico. Un medio léntico es aquel donde las aguas mantienen una circulación mínima o nula, es decir, un sistema cerrado, como podría ser una charca, un estanque o un lago. Un medio lótico es una masa de agua con movimiento de circulación, es decir, un río, una zona marina con corrientes, etc. Dependiendo del tipo de medio en el que se encuentren, los artrópodos utilizan diversos métodos para respirar.

Larva de tricóptero (Orden Trichoptera) adaptada a un medio lótico. Fuente: Internet

Si nos centramos en los insectos, encontramos cuatro grupos especialmente relacionados con el medio acuático: tricópteros, plecópteros, efemerópteros y odonatos. Estos cuatro órdenes se desarrollan completamente en el agua. Otros menos ligados al agua, pero también presentes, son los hemípteros, coleópteros, neurópteros, megalópteros, lepidópteros y dípteros.

Larva de plecóptero (Orden Plecoptera) en el fondo de un arroyo. Fuente: Internet

Algunos dípteros (insectos con dos alas: moscas, mosquitos y similares) realizan el intercambio gaseoso de forma muy primitiva a través del tegumento (la pared corporal, muy fina en este caso), como las larvas de algunos mosquitos (quironómidos).

Larva de quironómido (Orden Diptera). Fuente: Internet

Efímeras, plecópteros, odonatos y tricópteros utilizan traqueobranquias, un método algo más sofisticado que les permite respirar dentro del agua.

Larva de libélula (Orden Odonata). Fuente: Internet

Otros como los culícidos y los tabánidos y sírfidos (familias de mosquitos y moscas respectivamente, por tanto dípteros también) realizan el intercambio gaseoso con la superficie a través de sifones.

Larvas de mosquito Culex sp. (Orden Diptera). Fuente: Internet

Algunos hemípteros (chinches) como los ecorpiones de agua también utilizan este método.

Escorpión acuático Nepa cinerea (Orden Hemiptera). Fuente: Internet

Las larvas de especies de mosquito como Mansonia uniformis utilizan el sistema vascular de las plantas acuáticas para extraer oxígeno, sin duda un método muy elaborado fruto de una larga coevolución insecto-planta.

Muchos coleópteros (escarabajos) y hemípteros (chinches) utilizan depósitos de aire adheridos a su cuerpo, que renuevan en la superficie periódicamente. Este es el caso de los hidrofílidos, ditíscidos, girínidos y notonéctidos.

Insecto remero Notonecta glauca (Orden Hemiptera). Fuente: Internet

Como veis hemos hecho una gran ensalada de nombres científicos, pero el único propósito ha sido exponer la enorme variedad de adaptaciones que presentan los insectos al medio acuático en cuanto a respiración se refiere. Cabe hacer una última consideración en cuanto a la eficacia de los sistemas respiratorios de los insectos acuáticos. Debemos saber que la saturación de oxígeno en la atmósfera es 13000 veces superior a la del agua, es decir, que cuando la atmósfera contiene 200000 ppm de oxígeno (partes por millón), el agua a la misma temperatura contiene sólo 15 ppm de oxógeno. Esto nos indica la tremenda eficiencia de sus sistemas respiratorios cuando la respiración se produce en medio líquido. También nos hace reflexionar sobre la complejidad evolutiva de aquellas especies que han "aprendido" a obtener el aire desde fuera del agua o desde las plantas.

Posteriormente analizaremos algunos de estos grupos y valoraremos su posible introducción al mantenimiento en cautividad en acuarios.

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6/9/09

Typhlatya miravetensis, una joya cavernícola en tierras ibéricas

Recientemente, ojeando uno de los libros que amablemente me mandó nuestro compañero Dani del Museu Valencià d'Història Natural (MVHN), detalle que le quiero agradecer también desde estas líneas, llamó poderosamente mi atención el nombre de una especie que desconocía hasta la fecha: Typhlatya miravetensis.

Me llamó especialmente la atención porque no tenía noticias de un tercer miembro de la familia de los atyideos en la Península Ibérica, mucho menos un animal cavernícola, y para colmo que se tratara de un microendemismo único localizado muy cerca de Benicàssim en Castellón, localidad que frecuento bastante dado que la familia de Leonor reside por aquellos lares.

La verdad es que me ilusionó tanto que me puse manos a la obra en busca de información... sorprendente, sin duda, dado que se trata del único decápodo cavernícola y dulceacuícola de la Península, al menos conocido. Más impresionante aún es que prácticamente fue descubierto ayer mismo (podríamos decir coloquialmente) ya que fue descrito por Sanz y Platvoet en 1995. Este hallazgo fue fruto más bien de un accidente casual, gracias a una crecida del nivel freático puntual que arrojó algunos individuos a la superficie.

Esquema de la Cova del Ullal de Miravet. Cabanes. Plana Alta. Castellón.

Typhlatya es originaria del centro de la provincia de Castellón, más en concreto de la localidad de Cabanes, a escasos 7 Km de la costa. Procede de un paraje conocido como Cova del Ullal de Miravet, una formación kárstica subterránea que data del Jurásico-Cretácico, que se forma gracias a la erosión química producida por el agua en los macizos montañosos de litología calcárea (dominantes en el este peninsular). Estas formaciones geológicas se caracterizan por una serie de elementos como sifones, simas, dolinas, pozos, columnas y conos de sumidero, túneles y galerías, formaciones estalactíticas, grandes cavidades, etc., todo ello dentro del propio macizo montañoso. El nivel del agua (nivel freático) sube o baja según se hayan producido precipitaciones más o menos abundantes en el año (bien en forma de lluvia o de nieve).

En concreto la Cova del Ullal tiene su entrada a 144 m sobre el nivel del mar pero en sus tramos finales desciende 39 m. Su longitud estimada es de unos 221 m hasta que su recorrido se hace intransitable. Esta cueva es especialmente vulnerable a agresiones externas como la contaminación por vertidos accidentales, las infiltraciones químicas procedentes de incendios (como el de este año 2009, desgraciadamente), etc. Es por ello que lugares como éste deberían protegerse a toda costa, ya que la biodiversidad que albergan es difícil o imposible de encontrar en otros lugares del mundo, debido a su aislamiento y a la especial evolución de las especies que allí habitan. Los animales presentes en estas aguas subterráneas se denominan estigobios.

Esquema corporal de Typhlatya mitchelli, otro camarón cavernícola de Centroamérica. Hobbs 1979

Los T. miravetensis son blancos, aplanados lateralmente, con ojos reducidos y depigmentados (ciegos, por tanto). Alcanzan los 2 cm de longitud y viven en los fondos fangosos de las galerías inundadas, donde se alimentan generando corrientes de agua con los pleópodos y filtrando las partículas del sedimento. Las antenas largas y los pereiópodos y piezas bucales recubiertas de largos pelos sensoriales revelan que han desarrollado otros sentidos contrapuestos a la visión adaptándose a la oscuridad total de su entorno. Son nadadores activos cuando la situación lo requiere. La temperatura de las cuevas kársticas suele ser bastante estable a lo largo del año, variando apenas unos grados. En 1995 las medidas en verano reflejaron una temperatura de unos 24ºC, el pH 7 y salinidad casi nula. Las aguas en estas cavidades suelen ser de dureza elevada, debido a la cantidad de carbonatos que llevan disueltos. Sin duda se trata de animales singulares en entornos aún más singulares.


Typhlatya miravetensis. Autor: S. Herrando-Pérez

Lo curioso de la situación es que gran parte de la Península es rica en este tipo de formaciones, muchas de ellas inexploradas, aisladas casi totalmente de otras similares aunque se localicen en sus cercanías... todo esto da que pensar que probablemente, sin mucho riesgo de equivocarnos, no se trate de la única especie de gamba cavernícola ibérica, sino que podrían descubrirse aún nuevas especies, en pleno siglo XXI. Es algo que al menos a mí me da razones para reflexionar.

En Europa sólo se conocen dos especie más de decápodos cavernícolas de agua dulce, en Francia y en Herzegovina. En todo el mundo hay más de una veintena de especies del género Typhlatya sp. que pueblan cuevas y cenotes en los diferentes continentes.

Typhlatia pearsei nadando. Un familiar de Yucatán, México. Fuente: Internet

Artículos de interés relacionados:
-Crustáceos del Ullal de Miravet (Castellón, España). Viajeros en el Espacio y en el Tiempo.

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Patrones de color en Caridina cantonensis var. Tiger

Siguiendo con el hilo de los patrones de coloración de esta fabulosa especie de decápodo, os voy a enseñar los patrones más conocidos de la Caridina cantonensis var. Tiger (tigre). Este esquema de creación propia es bastante ilustrativo sobre los distintos tipos de "gambas tigre":


Haciendo una analogía con lo ya explicado sobre los patrones de coloración en CRS/CBS, en el caso de las Tiger vemos que los ejemplares que muestran mayor pigmentación negra o las rayas más marcadas y gruesas son los más valorados. En los niveles más altos tenemos a BT-1 (con cuerpo totalmente pigmentado) y BT-0 (con ojos naranjas). A partir de ahí, la pigmentación va decreciendo gradualmente hasta llegar a BT-6, la Caridina cantonensis var. Tiger más frecuente.

Caridina cantonensis var. Red Tiger. Autor: paco-m (Aquainvert)

A veces también encontramos en tiendas o entre los aficionados que se dedican a la cría de gambas, algunos ejemplares que se salen de los patrones más normales.

Caridina cantonensis var. Blue Tiger Orange Eyes. Autor: paco-m (Aquainvert)

Tal es el caso de las variedades Blue Tiger, Red Tiger o Golden Tiger (también conocida como Super Tiger). Es decir, tigres azules, rojos y dorados respectivamente. Estos ejemplares son excepcionalmente bellos y muchas veces dificilísimos de encontrar en tiendas o entre criadores particulares.

Caridina cantonensis var. Golden Tiger. Autor: Sorab (crustaforum.com)

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Patrones de color en Caridina cantonensis CRS/CBS

Siguiendo con el tema de los patrones de color de las Caridina cantonensis, los criadores habitualmente hablan de diversos grados (seis grados en la escala más utilizada). Haciendo un semiplagio de la escala visual que garnelenforum.de utiliza, hice estos dibujos esquemáticos para ilustrar rápidamente la escala en cuestión. Como veréis, los grados van desde el C (el más "impuro") hasta el SSS (considerado por muchos criadores como la perfección estética). Esta "pureza" va asociada a la cantidad de pigmento blanco que presentan las gambas en su bandeado, del mismo modo que al patrón de dispersión, es decir, de si los bordes son más o menos nítidos. En general, se considera que una CRS o CBS, cuanto más gruesas y bien delimitadas tenga las bandas blancas, más estéticamente valiosa es. Esto que a muchos nos parece simplemente un capricho visual (yo, francamente, considero que las gambas son igualmente interesantes y bellas independientemente de sus patrones de color) en algunos círculos se convierte ya no sólo en un tema de prestigio para los criadores, sino en una cuestión económica. Normalmente, cuando vamos a una tienda a comprar CRS nos encontramos con animales de graco C, B o A, raras veces encontramos el patrón S. Si hemos comprado alguna vez estos animales, sabremos que cuanto mayor es su grado, mayor es su precio. A pequeña escala y a nivel de comprador medio, de una gamba grado C a una grado S puede haber más de 30 euros de diferencia. En Japón y otros países asiáticos, donde residen los principales acuaristas dedicados a esta especie, se han llegado a pagar en subastas privadas hasta 600 € por una CRS de grado SS y 1300 € por una SSS (simplemente por un solo ejemplar...). No es de extrañar que muchos acuaristas quieran mejorar los patrones de las gambas que crían en sus acuarios.

El orden de los grados, de menor a mayor, sería pues éste: C-B-A-S-SS-SSS. A continuación os dejo los esquemas de los seis grados, tanto para CBS (que es la coloración silvestre de la especie) como para CRS:



Ampliación de Patrones de las CRS/CBS:
Como muchos sabréis, en algunos grados de CRS (también es aplicable a las CBS) aparecen a veces nombres raros (normalmente japoneses o en alemán), normalmente asociados a grados SS y S. Como veréis, algunos llevan nombres en japonés, otros en inglés y uno lo he dejado en alemán, ya que la traducción literal al español de la palabla Einbahnstraßenschild sería "calle de sentido único" pero podríamos hacer una traducción libre como "señal de dirección prohibida" para esa variedad (yo he preferido dejar el nombre en alemán). Aunque esto para la mayoría de acuaristas no es de gran utilidad, no está de más tener esta información, sobre todo si alguien quiere dedicarse a la cría de la especie.


Voy a comentaros algunos rasgos de estos patrones, por si no se vieran claramente en el dibujo. En el grado S, el patrón tiger tooth (dientes de tigre) se caracteriza por presentar una forma similar a este concepto en el borde inferior de la banda roja de la mitad del cuerpo. La modalidad V-Banded (banda V) presenta un triángulo invertido en esa misma banda.

Dentro de las SS, la variedad Einbahnstraßenschild muestra dos bandas centrales rojas separadas por una banda blanca que recuerda la señal de dirección prohibida (de ahí su nombre) mientras que en Halfmoon (media luna) tenemos una única banda central roja bastante reducida con forma de cuarto lunar vista desde el lateral. Las variedades Hinomaru tienen la banda central roja redondeada, de tal forma que vistas desde detrás parece la bandera de Japón (ni qué decir tiene que estas en Japón se pagan a precio de oro). Y las doble Hinomaru lo mismo pero también en la banda supracaudal.

Si pasamos a los patrones conocidos como Mosura (muy famosos comercialmente) veremos que el rostro es totalmente blanco y en el cuerpo las bandas rojas están significativamente reducidas. Tenemos también el patrón de doble círculo solar (asociado generalmente a patrones principales de Mosura) que consta de dos franjas semicirculares medias unidas entre sí.

Existe un séptimo grado SSSS, el cual no aparece en las ilustraciones, que es conocido a veces como Súper-Mosura o Bone-Mosura y se caracteriza por presentar un único color puro y denso en todo el cuerpo del animal, el blanco, a veces marfíleo, sin asomo alguno de pigmentos rojos o negros. También está la variedad SSS o SSSS-Golden, que como su nombre indica, es de un tono blanco-dorado casi metálico, muy apreciada económica y estéticamente por los acuaristas.

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